Este 25 de abril se conmemora el Día Mundial del Paludismo o Malaria por lo que la UNAM alerta que esta enfermedad continúa causando miles de muertes en el mundo y, aunque en menor proporción, en México se registran casos.
El paludismo o malaria es una enfermedad causada por la picadura de la mosquito hembra Anopheles pero que es prevenible y curable, aunque existen regiones como África donde se vive la situación más crítica.
Lorena González López, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM explica que en México se registran casos en Chiapas, Oaxaca, Nayarit, Durango, Sinaloa y Sonora.
La académica explica que en 2019 hubo 229 millones de casos de paludismo en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS); el número estimado de decesos fue de 409 mil; los niños menores de cinco años representaron el grupo más vulnerable afectado y constituyeron 67% (274 mil) de las muertes por esta enfermedad; África registró 94% de las personas infectadas y de defunciones.
En México tenemos reportes epidemiológicos, la mayoría por Plasmodium vivax una variación a la que se presenta en África, en el cual su diagnóstico e identificación son complejos, porque parte del ciclo de vida de este parásito consiste en formas que se quedan dormidas o que están latentes en el hígado, y por razones de inmunosupresión vuelven a salir y dan cuadros febriles.
Sin embargo, la mortandad es mínima y se calcula en menos de 100 casos en el país. México ha tomado medidas importantes para la reducción de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el control del hábitat de estos animales y que no haya criaderos de los mismos, destaca la académica.
¿Cuáles son los síntomas del paludismo o malaria?
Los síntomas del paludismo o la malaria son variados: fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de cabeza. También se pueden presentar náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares, ictericia (coloración amarillenta en piel y mucosas), defectos de la coagulación sanguínea, shock, insuficiencia renal o hepática, trastornos del sistema nervioso central y coma. La fiebre y los escalofríos son síntomas cíclicos, se repiten cada dos o tres días.
En regiones donde la malaria es altamente endémica, las personas se infectan a menudo por lo que desarrollan inmunidad adquirida; es decir, son portadores asintomáticos o con pocos síntomas de la enfermedad.
La necesidad de los mosquitos de humedad y calor favorece la enfermedad en zonas tropicales, al igual que las condiciones de pobreza, donde impera la insalubridad, el mayor riesgo a las picaduras sin protección y su reproducción en algunos charcos o pequeños cuerpos de agua acumulada fuera de las viviendas.
El paludismo se encuentra en una fase de preeliminación en México
González López señaló que aunque no se ha erradicado por completo en el México, en la década de los 50 el gobierno de México y organismos internacionales como la OMS y la Organización Panamericana de la Salud contribuyeron a disminuir, de manera significativa, el número de casos y defunciones.
A finales de 1997 hubo un nuevo brote epidémico en la costa de Oaxaca debido al paso del huracán “Paulina”. Un año después se evidenciaron deficiencias en los programas locales de control y se modificaron acciones. Para el año 2000, los casos se redujeron 91%.
“Podemos decir que el país se encuentra en una fase de preeliminación del paludismo cumpliendo con la meta de la OMS de permanecer con una incidencia menor a los mil casos, llegando en los últimos años a 609, en el 2019; y 345, en el 2020. No se han reportado defunciones relacionadas a este padecimiento desde 1998”, asevera Lorena González.
Desarrollo de vacunas
Existe una vacuna desarrollada por Glaxo Smith Kline, la cual está en fase tres. Se han seleccionado algunos países para probarla, pero es solamente para prevenir Plasmodium falciparum, una variedad que causa muerte en niños y mujeres embarazadas. Sirve especialmente en África y en la India; contribuirá a reducir la mortandad.
“En México no serviría la vacuna porque es para otra especie, pero en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) hay un estudio para la generación de vacunas contra Plasmodium vivax, que es la especie que tenemos en el país”, comenta la académica.
En la UNAM, González López y su equipo de trabajo estudian modelos en roedores con el mosquito el Plasmodium berghei. Es sorprendente porque de acuerdo con el órgano o el organismo en el que habita, puede reproducirse miles, cientos o decenas de veces. También trabajan con las glándulas salivales del mosquito, de donde se transmite el parásito, y analizan su sistema inmune, asevera.
“Estudiamos cuáles son las señales que hacen que el parásito sepa cuántas veces se debe reproducir y cómo se orquesta todo esto dentro de él, cómo es su genética y su biología molecular, cuáles son sus vías de señalización interna”.
Lorena González López, UNAM
A partir de 2007, el 25 de abril de cada año se celebra el Día Mundial del Paludismo con el objetivo de destacar la necesidad de invertir continuamente en prevención y control de esta enfermedad.