Un enorme atún fue captado en imágenes justo en el momento en que usaba a un voraz tiburón para “rascarse” y quitarse la molestia causada por parásitos oceánicos que suelen infestarlos y drenan directa o indirectamente su estado físico.
Las imágenes del atún frotándose en un tiburón fueron tomadas como parte de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Oklahoma en Estados Unidos, quienes buscaban comprobar que los tiburones son la superficie de raspado preferida para los grandes peces pelágicos, como los atunes, y así liberarse de posibles parásitos.
- Te puede interesar: Revelan nuevos datos sobre orcas cazando tiburones blancos, esto se sabe
En las postales tomadas en el archipiélago de Revillagigedo, la Isla Ascensión y en el Archipiélago Recherche, se observa a un atún aleta amarilla raspando su cabeza, así como su aleta pectoral y su superficie dorsal y ventral, contra un gran tiburón azul.
También fueron captados en imagen atún aleta azul raspándose en un tiburón marrajo dientuso.
Además, de un segundo atún aleta amarilla rascando sus parásitos en un tiburón sedoso.
El por qué “utilizar” a los tiburones para rascarse responde, según los expertos a que los peces no tienen extremidades, dientes u otra capacidad para rascarse a diferencia de los mamíferos y aves que el aseo de parásitos lo realizan con los dientes, picos, lenguas o extremidades. Debido a esto, es que los peces, en este caso atunes, deben hacer uso de otras especies como tortugas, rayas, otros peces y tiburones, para rascarse.
Según el estudio, el hecho de que estos peces se rocen con un depredador potencial incluso en un entorno donde abunda el sustrato duro sugiere que la superficie debe ser particularmente adecuada para la tarea, y los tiburones tienen una calidad abrasiva en su piel, debido a las escamas placoides que proporcionan una superficie que, cuando se frota en la dirección de la cola hacia la cabeza, sería eficaz para eliminar parásitos, tejido necrótico y otros irritantes.
Los expertos aseguran que los peces, en especial la familia de los túnidos pueden tener altas cargas de parásitos que tienen costos de acondicionamiento físico en los animales.
Entre las afectaciones por parásitos que pueden sufrir se encuentran:
- Pérdida de sangre y nutrientes
- Mayor asignación de energía a las respuestas inmunitarias
- Riesgo de infección
- Deterioro de la movilidad y el rendimiento sensorial
- Reducción de la capacidad competitiva
- Disminución de la ingesta de alimentos.
Incluso, aseguran que las cargas de parásitos relativamente ligeras pueden reducir significativamente las tasas de crecimiento, así como la condición corporal.
Y es que, aunque una carga de parásitos puede no afectar notablemente la salud del huésped sí puede desempeñar un papel en la supervivencia cuando hay demandas intensas de recursos corporales, por ejemplo cuando escapa de los depredadores o cuando está bajo estrés nutricional severo.
Los parásitos afectan los ojos de pez, las fosas nasales, el oído interno y la línea lateral son sitios comunes de infestación que afectan el rendimiento sensorial. Además, los ectoparásitos, que viven en la superficie externa de los peces, pueden aumentar la resistencia, lo que lleva a un mayor gasto energético, consumo de oxígeno y pérdida de peso.