Un equipo internacional de astrónomos entre los que se encuentran científicos de México reveló la primera imagen de alta nitidez del agujero negro supermasivo Sagitario A*, situado en el centro de la Vía Láctea.
La imagen fue dada a conocer simultáneamente por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, (Conacyt) y la Organización Europea para la Investigación Astronómica (ESO por sus siglas en inglés) en una conferencia de prensa este jueves.
La captura de este agujero negro confirmó las estimaciones de la comunidad científica, sobre la existencia de un agujero negro en el centro de la Vía Láctea, dado que se habían observado estrellas orbitando alrededor de algo invisible, compacto y muy masivo.
Este hallazgo fue posible gracias al Telescopio Horizonte de Eventos (EHT por sus siglas en inglés), el cual cuenta con la colaboración de ocho telescopios distribuidos en el mundo que permiten obtener imágenes de alta nitidez, incluso la de una manzana en la superficie de la Luna vista desde la Tierra o un átomo en el dedo de una persona visto desde sus ojos.
De acuerdo con los científicos, en la imagen no es posible ver el agujero negro en sí, porque está completamente oscuro, pero el gas brillante que lo rodea tiene una firma reveladora: una región central oscura, llamada “sombra”, la cual está rodeada por una estructura brillante en forma de anillo.
“Lo sorprendente es lo bien que coincide el tamaño del anillo con las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein, que indica que las características observacionales de estos objetos no cambian, excepto por su tamaño, conforme va modificándose su masa, y se ven iguales, aunque tengan masas muy diferentes”, indicaron los expertos como Alejandro Cruz Osorio de la Universidad de Frankfurt.
- La nueva imagen capta la luz curvada por la fuerza gravitatoria del agujero negro, cuya masa es cuatro millones de veces la de nuestro Sol.
Este descubrimiento llega después de que la colaboración EHT publicara, en 2019, la primera imagen de un agujero negro, conocido como M87* y situado en el centro de la galaxia distante Messier 87.
“Estas observaciones sin precedentes representan un gran paso adelante en nuestro conocimiento de lo que ocurre en el centro mismo de nuestra galaxia, y ofrecen nueva información sobre cómo estos agujeros negros gigantes interactúan con su entorno”, indicó Bower.
Ahora, con la nueva imagen del agujero negro de la Vía Láctea y la anteriormente conseguida del M87*, los posibles han podido determinar que ambos tienen un aspecto bastante similar, a pesar de que el del centro de la galaxia es más de mil veces más pequeño y ligero que M87*.
Sobre esto, Laurent Loinard, científico de la UNAM que participó en este proyecto, detalló que el hecho de que este agujero negro en el centro de la Vía Láctea sea mil veces menos masivo que el de M87*, hace que fenómenos dinámicos que ocurren en meses o años en el caso de M87* sucedan en la galaxia en horas o en días.
Con este avance los expertos han logrado aportar valiosas pistas sobre el funcionamiento de estos objetos que se cree, ocupan el centro de la mayoría de las galaxias,
La ESO indicó en un comunicado de prensa que la comunidad científica está especialmente satisfecha al disponer por fin de imágenes de dos agujeros negros de tamaños muy diferentes, lo que ofrece la oportunidad de entender cómo se comparan y contrastan.
“Ahora podemos estudiar las diferencias entre estos dos agujeros negros supermasivos para obtener nuevas y valiosas pistas sobre el funcionamiento de este importante proceso“, afirmó el científico del EHT, Keiichi Asada, también del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taipéi.
¿Cómo fue posible saber esto?
La primera imagen del agujero negro supermasivo fue producida por el equipo de investigación Event Horizon Telescope, compuesto por más de 300 investigadores de más de 80 instituciones en todo el mundo, quienes trabajaron durante cinco años y utilizaron las observaciones de una red mundial de radiotelescopios,
Para obtener imágenes de él, el equipo del EHT creó una red de ocho observatorios de radio, anteriormente construidos con otros fines, combinados para formar un único telescopio virtual “del tamaño de la Tierra”. El EHT observó Sagitario A* durante varias noches, recopilando datos durante muchas horas seguidas, de forma similar a como una cámara fotográfica tradicional haría una imagen con un tiempo de exposición largo.
- Entre los observatorios que participaron ser encuentran: el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) y el Atacama Pathfinder EXperiment (APEX), ambos situados en el desierto de Atacama, en Chile, el telescopio IRAM de 30 metros, en España, el Northern Extended Millimeter Array (NOEMA), en Francia, así como un superordenador para combinar datos EHT alojado en el Instituto Max Planck de Radioastronomía, en Alemania.
La técnica que utiliza el EHT se llama interferometría de muy larga base (VLBI) y consiste en la observación de un objeto celeste simultáneamente con un conjunto de radiotelescopios, que pueden estar situados en lugares muy distantes entre sí. La radiación de ese objeto es recibida en instantes ligeramente diferentes en cada telescopio, según su posición sobre la Tierra.
La creación de un patrón de interferencia permite a esta red de telescopios comportarse como un único instrumento que tiene como tamaño equivalente las distancias entre los radiotelescopios participantes en la observación.