Las arañas son principalmente insectívoras, pero ocasionalmente amplían su menú capturando y comiendo serpientes pequeñas, por ello, dos científicos investigaron cómo es que ocurre este comportamiento de alimentación inusual.
Debido a que se han reportado observaciones de arañas devoradoras de serpientes en todo el mundo, Martin Nyffeler, aracnólogo de la Universidad de Basilea y el herpetólogo estadounidense Whitfield Gibbons de la Universidad de Georgia, analizaron más de 300 informes de esta inusual estrategia de depredación.
Entre sus hallazgos, encontraron que las arañas comen serpientes en todos los continentes excepto en la Antártida, y que 80% de los casos analizados ocurrieron en los Estados Unidos y Australia.
Mientras que en Europa, este comportamiento de alimentación de las arañas se ha observado en muy raras ocasiones, menos del 1% de todos los incidentes reportados, y se limita al consumo de serpientes pequeñas no venenosas de la familia de las serpientes ciegas, llamadas Typhlopidae, por pequeños arañas constructoras de telarañas.
En el caso de Suiza, los expertos señalan que nunca se han reportado incidentes de depredación de serpientes por arañas, ya que los colúbridos y víboras nativos de Suiza son demasiado grandes y pesados, incluso cuando están recién nacidos, para que las arañas suizas los dominen.
El análisis de datos, realizado por los científicos, también mostró que hay arañas de 11 familias diferentes que pueden atrapar y comer serpientes. Lo que significa un hallazgo completamente nuevo, según Nyffeler.
Otro de los datos revelados y publicados en la revista especializada American Journal of Arachnology, es que las arañas “viudas negras”, fueron las cazadoras de serpientes exitosas en aproximadamente la mitad de todos los incidentes observados. Debido a su potente veneno contiene una toxina que se dirige específicamente al sistema nervioso de los vertebrados.
Además, de que las telarañas de este tipo de insecto, están compuestas de seda extremadamente resistente, lo que les permite capturar animales de presa más grandes como lagartos, ranas, ratones, pájaros y también serpientes.
Otro hallazgo nuevo es que las arañas pueden someter a serpientes de siete familias diferentes, lo que significa que pueden vencer a las serpientes de 10 a 30 veces su tamaño.
Según Nyffeler y Gibbons, las serpientes más grandes atrapadas por las arañas pueden medir hasta un metro de largo, y las más pequeñas solo unos seis centímetros. El hecho de que algunas arañas puedan someter presas de gran tamaño, se puede atribuir a que poseen neurotoxinas altamente potentes y tejen redes fuertes y resistentes.
- El análisis estadístico realizado por los dos investigadores indicó que la longitud media de las serpientes capturadas fue de 26 cm. No obstante, la mayoría de las serpientes capturadas eran animales muy jóvenes recién nacidos.
Los expertos señalan que esta investigación permite facilitar conocimiento a la neurobiología, ya que permiten sacar conclusiones sobre los mecanismos por los que las neurotoxinas de las arañas afectan el sistema nervioso de los vertebrados, incluyendo a los humanos.
Pero, las arañas no son las únicas venenosas, ya que de las serpientes capturadas, alrededor del 30% son venenosas. Tan sólo en Estados Unidos, las arañas a veces matan serpientes de cascabel y serpientes coralinas altamente venenosas, mientras que en Australia las víctimas suelen ser las serpientes marrones, las cuales pertenecen a la familia de las cobras.
“Estas serpientes marrones se encuentran entre las serpientes más venenosas del mundo y es realmente fascinante ver que pierden peleas con las arañas”, dijo Nyffeler.
Sin embargo, los dos investigadores señalaron que cuando una araña atrapa una serpiente, a menudo pasa horas o días con su presa, ya que por su patrón de alimentación irregular, cuando hay mucha comida disponible, comen en exceso, sólo para volver a pasar hambre durante largos períodos de tiempo.
A menudo, las arañas sólo comen una pequeña parte de una serpiente muerta, y son los carroñeros, como hormigas, avispas, moscas y mohos, los que consumen lo que queda.