Este miércoles 1 de julio llegaremos a la mitad del 2020, específicamente al día 183 de un año bisiesto que cuenta con 366 días. Uno de los datos curiosos más conocidos es que febrero tuvo 29 días y no 28 como cada cuatro años.
¿Por qué existe un año bisiesto?
El nombre bisiesto proviene del latín “ante diem bis sextum Kalendas Martias”, (sexto día antes de las calendas de marzo en español), es decir el 24 de febrero. Pero se terminó resumiendo en “bis sextus”: bisiesto en nuestra lengua.
Se trata inicialmente de una idea del emperador romano Julio César, quien le pidió al astrónomo alejandrino Sosígenes que le ayudara a crear una alternativa al calendario romano más apegada a la realidad y a la rotación de la Tierra.
Nuestro planeta no solamente tarda 365 días en dar una vuelta al Sol sobre su órbita como algunos piensan, sino que toma esos días más 5 horas, 48 minutos y 56 segundos.
Por eso Sosígenes propuso un calendario, extremadamente similar al de los egipcios, que tenía 365 días con un día adicional cada cuatro años para así alinearse con el año solar.
¿Por qué hay un día más en un año bisiesto?
Este sistema también contaba con pequeños detalles por lo que fue reemplazado progresivamente por el calendario gregoriano desde 1582 y que nos rige en la actualidad.
Como el calendario juliano exigía un día adicional cada cuatro años, los romanos decidieron que sería en febrero, que en ese entonces era el último mes del año.
De acuerdo con expertos, no serán años bisiestos los que sean múltiplos de 100, excepto si también lo son de 400. Por esta razón no fueron bisiestos el año 1800 ni 1900. De la misma forma ni el año 2100 ni el 2200 serán bisiestos.