El ajolote mexicano es considerado por los científicos como una “criatura superdotada” debido a que posee capacidades increíbles, como regenerar sus tejidos desde el cerebro hasta el corazón. Sin embargo, aún hay muchos atributos de esta especie que siguen siendo un misterio para los expertos. Ve por qué.
Ajolote mexicano, ¿por qué es una especie superdotada?
El ajolote mexicano, también conocido como Ambystoma mexicanum, tiene facultades extraordinarias que aún son desconocidas para la ciencia, y es que según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los ajolotes alcanzan la madurez sexual sin cambiar su forma larvaria y posee la excepcional capacidad de regenerar miembros perdidos, incluso parte del cerebro y del corazón.
El ajolote fue llamado por los antiguos mexicanos axolotl que en náhuatl significa “monstruo de agua”.
Es originario y endémico de los lagos del Valle de México y actualmente, sobrevive en el lago de Xochimilco, sin embargo, parece haber olvidado su aptitud de desplazarse por tierra, ya que aunque posee cuatro patas que le permiten caminar, además de una cola que conserva tras la metamorfosis, sólo sube a la superficie del lago para respirar y en seguida se sumerge.
Las extraordinarias virtudes del ajolote mexicano han propiciado que este anfibio exclusivo de México se encuentre en acuarios y laboratorios de todo el mundo, y que se hayan realizado miles de estudios en importantes campos de la ciencia: la biología celular, anatomía, genética y evolución, entre otras, según reportes de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
¿Cómo son los ajolotes?
Los ajolotes mexicanos suelen ser de color negro o marrón moteado, pero también los hay albinos o blancos, y de acuerdo con expertos en biología conservan características milenarias de las salamandras, pero es más cercano a ranas y sapos.
El ajolote mexicano conserva su aleta dorsal de renacuajo que se extiende casi por todo su cuerpo que mide de 15 y hasta 30 centímetros de longitud, y sus branquias externas en forma de plumas sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza.
Según la Semarnat, los ajolotes se alimentan principalmente de moluscos, gusanos, larvas, crustáceos y uno que otro pez.
Ajolotes, una especie en peligro de extinción
Naturalmente, las garzas son uno de los depredadores más comunes de los ajolotes, pero en la actualidad se considera que su principal depredador es el ser humano, que además de cazarlo, ha introducido al lago de Xochimilco y sus canales grandes peces que amenazan su sobrevivencia.
Desde antes de la Colonia hasta la actualidad, el ajolote mexicano ha sido un alimento muy apreciado por su sabor y propiedades nutritivas, de ahí que sea usado para preparar tamales, sopas y guisados.
Además, es aprovechado por la medicina tradicional en fórmulas de jarabe, pomada o infusiones, contra padecimientos respiratorios.
No obstante, tantas virtudes han propiciado que esta singular criatura fuera llevada al peligro de extinción.
Actualmente, se sigue capturando por tradición, e incluso es ofrecido clandestinamente como una especie “rara”, toda vez que se encuentra protegido por la NOM-059-2010-SEMARNAT, que la enlistarla como especie amenazada.
Entre los esfuerzos emprendidos para rescatar al ajolote destacan, según la Semarnat, el Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco, iniciado en 1989, del que es parte el proyecto “Conservación del ajolote (Ambystoma mexicanum) mediante su cultivo y siembra en el Parque Ecológico de Xochimilco”, auspiciado por la CONABIO, y desarrollado por el Patronato del Parque Ecológico de Xochimilco, A.C., que busca preservar y hacer una explotación racional de la especie.