Aproximadamente 21% de las especies de reptiles de todo el mundo están en peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat causada por creciente agricultura, la deforestación y el desarrollo urbano, indicó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), en su informe “Evaluación Global de los Reptiles” retomado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
La evaluación de la lista roja de la Unión Internacional está basada en evaluaciones previas hechas para todas las especies, y muchas de estas evaluaciones también se hicieron para las especies mexicanas, aseguró Víctor Hugo Reynoso Rosales, especialista en reptiles del Instituto de Biología de la UNAM.
De las 970 especies de reptiles que se encuentran en México, 142 están enlistadas en la NOM-059 como Amenazadas y 27 como en Peligro de Extinción, lo que da un total de, 169 especies. Esto significa, según Reynoso Rosales, que cerca de 14% del total de las especies mexicanas están en riesgo de extinción. Un porcentaje cercano al 20%, que señala el artículo están en peligro en el resto del mundo.
“Con las evaluaciones que se han hecho en el país, tenemos cerca de 970 especies de reptiles, que corresponden más o menos al 8.2 % del total de especies en el mundo. Esto es un porcentaje muy alto del que los mexicanos tenemos la responsabilidad de cuidar y de mantener para el futuro”.
Según el especialista, en la NOM-059 hay una lista de 274 especies adicionales que se consideran en Protección Especial, de las que no se están claras sus tendencias de extinción, pero es posible que con la explotación que les dan los humanos o el deterioro de su ambiente pueden estar en una categoría de amenazadas o en peligro de extinción en un futuro cercano”.
“Por ejemplo, numerosas especies de tortugas marinas se encuentran amenazadas, pero las poblaciones de tortugas de agua dulce son muy maltratadas por el uso particular de los seres humanos y por la contaminación de los ríos del sur de México, sobre todo. Es muy posible que en el corto plazo pasen a una categoría de amenazadas”.
¿Qué especies están en peligro por su uso?
En México, los reptiles son muy utilizados por las comunidades indígenas desde antes de la Colonia, y son parte del ambiente y de su cultura alimentaria.
El uso de los reptiles es un riesgo muy grave, asegura el experto, “porque el incremento de la poblacional está asociado con la pobreza en sitios rurales. Entre más pobreza habrá más gente que utilice los recursos naturales para su subsistencia, hasta que finalmente acaben con esos recursos”.
Entre los reptiles más usados están todas las especies de iguanas, que se consumen en muchas regiones del país, pero también se comen los cocodrilos, las serpientes de cascabel y tortugas de agua dulce, incluidos los huevos de las tortugas marinas. Al ser usadas de manera tradicional, hay un comercio hormiga muy grande de estas especies.
“A pesar de que están protegidas y de que están dentro de la lista de la NOM-059, a nivel de comunidad local hay gente que se dedica a extraerlas y hay gente que se dedica a venderlas, y esa venta es para consumo propio, para reventa o incluso para tráfico al exterior del país, legal o ilegal”.
Al ser parte de usos y costumbres o uso tradicional de recursos, la ley es un poco laxa porque las comunidades pueden usarlas, pero no de venderlas, ni localmente, pero hay cazadores que las atrapa y las distribuye a los mercados.
Sin embargo, Reynoso afirma que el problema del uso de los reptiles se va a volver bastante grave si no se hace algo pronto.
“Aunque hay programas de gobierno que han intentado el uso sustentable de este recurso, salvo en contadas excepciones, han sido bastante ineficientes en el caso de los reptiles. Por eso es importante implementar programas amplios que incluyan junto con el uso sustentable, la protección del hábitat en amplias zonas, promover la restauración de las selvas y de los bosques en general, incluso de los desiertos”.
Otra amenaza muy grande para los reptiles que son considerados venenosos, como las serpientes de cascabel, coralillos y especies de serpientes no venenosas similares, y lagartijas como dragoncillos e iguanas espinosas que tampoco son venenosas, es el temor infundado de la gente que constantemente las mata.
¿Por qué están en peligro?
Entre las amenazas de peligro de extinción a los reptiles también se encuentra la transformación de los suelos nativos a suelos de cultivo o de ganadería es lo que más daña a las poblaciones de reptiles porque conlleva arrasar la vegetación original, y todos los animales que en ella habitaban.
“De esta manera, desaparece un ecosistema completo. Si continúa el cambio de uso de suelo como hasta ahora es posible que se acabe con muchas de las especies de reptiles del país”.
La contaminación, que se ve muchísimo en el norte y en el sureste del país, es parte de las amenazas. El especialista asegura que, en el caso de la región norte del país, las cementeras producen una destrucción total y contaminación brutal; las industrias mineras contaminan el agua y la tierra.
Mientras que en el sur la industria petrolera modifica el ambiente al hacer sus explotaciones, vierten muchos gases a la atmósfera y se acidifica el suelo y el agua, dañando no sólo a las poblaciones de reptiles sino también a las de anfibios, de aves, de mamíferos, de insectos y demás invertebrados.
La cacería es una amenaza más para los reptiles. La extracción directa de ejemplares para el consumo humano o para la venta regional, nacional o incluso al extranjero, es una muy importante amenaza para estas especies. El comercio al extranjero se enfoca en especies muy raras de distribuciones muy reducidas que tienen un gran valor.
Cambio climático pone en peligro a reptiles
Una de las consecuencias del cambio climático es la extinción de los reptiles, de las que ya se han hecho muchas evaluaciones al respecto, se observa en la incubación de los reptiles, que depende bastante de la temperatura ambiental y de la humedad.
Si la temperatura aumenta, también hay un aumento en la temperatura del suelo lo que podría causar cambios importantes en las incubaciones. Si una lagartija pone sus huevos en sus sitios de puesta, ya conocidos por la especie, y ese sitio se sobrecalienta es posible que no nazcan sus crías o si nacen quizá tengan algún tipo de deficiencia fisiológica o conductual.
“Las consecuencias del aumento en la temperatura pueden ser muy graves en las tortugas marinas porque el sexo de sus crías depende de la temperatura, que podría hacer que todas las crías nazcan hembras”, finalizó el académico universitario.