Independientemente de las preferencias partidistas, lo interesante de la salida de Margarita Zavala del PAN es ver cómo funciona ese partido internamente y cómo se contrasta con otros partidos.
En las anteriores elecciones, los aspirantes se han distinguido por pelearse casi a muerte antes de tener una candidatura y después obtienen una candidatura casi siempre fallida. Lo vimos en 2012, y con Calderón en 20016 que casi pierde la presidencia. No así es 2000 con Fox que se robó al PAN y cayó en sus manos.
El problema del PAN es que primero se pelean y luego ven qué sucede con las elecciones.