El problema que se le viene al gobierno federal en Oaxaca es poder aplicar la ley, restablecer el orden y a su vez cumplir con los protocolos que respeten los derechos individuales, para evitar expresiones de abuso de fuerza como en Nochixtlán.
Nuestro especialista Jesús Silva Herzog considera que es justificable la intervención de las fuerzas policiacas.
Se debe exigir una combinación completa entre la firmeza del gobierno y su prudencia.
Aunque el fantasma de la fuerza contra las movilizaciones de 1968 ronda por Oaxaca, también el gobierno federal evalúa la capacidad de las fuerzas policiacas para aplicar correctamente sus protocolos.