En promedio, un mexicano bebe 163 litros de refresco al año. Esta cantidad es 7.3 veces más alta que el promedio mundial, de acuerdo con estudios de la Organización Mundial para la Salud (OMS) y del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
En perspectiva, 163 litros equivale a beber casi 500 mililitros diarios de refresco. En azúcar, beber esta cantidad es como comerse nueve cucharadas, casi el doble del consumo diario recomendado por la OMS.
Consumo incrementa propensión a diabetes y sobrepeso
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las personas que toman con regularidad este tipo de líquidos enfrentan riesgos hasta 80% mayores de derivar en obesidad y diabetes. Por su parte, los niños que beben refresco tienen 2.4 veces más probabilidades de padecer sobrepeso y obesidad que aquellos que no lo hacen.
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La ingesta diaria de este tipo de bebidas puede aumentar hasta un 25% el riesgo de padecer diabetes tipo II, pues el jarabe de maíz, uno de los ingredientes usuales en los refrescos, está relacionado con el síndrome metabólico, diabetes y enfermedades cardiacas.
En el caso del benzoato de sodio, también integrado en los refrescos, se le relaciona con padecimientos como asma y urticaria; por su parte, el ácido fosfórico puede aumentar el riesgo de sufrir osteoporosis y piedras en los riñones y los ácidos, así como las altas concentraciones de azúcar pueden dañar los dientes.
¿Cuánto refresco consumes al día?
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