Hace dos años, mientras paseaba por un jardín, una podadora de césped cortó las patas delanteras de Romina, una perra Galgo Whippet. Desde entonces, Dafne, su dueña, ha hecho todo lo posible por brindarle los mejores tratamientos veterinarios.
Tras siete operaciones, Romina recuperó su extremidad izquierda, que fue reconstruida con placas de titanio, pero no hubo suficiente hueso para unir las articulaciones de la derecha.
En noviembre de este año, Dafne recibió una noticia que podría cambiarle la vida a su mascota en unos cuantos meses: un equipo de especialistas de la Universidad del Valle de México diseñó e imprimió en 3D la primera prótesis articulada para perro en el país. Desde que inició el proyecto, Romina ha asistido a rehabilitación y ahora, con un poco de práctica, podrá utilizar la pieza para recuperar la movilidad y la vida que llevaba antes del accidente.
La prótesis se podrá imprimir, adaptar y modificar para su uso en otros animales con una anatomía similar ya que el equipo de la UVM publicará el diseño con una licencia abierta. Se espera que el costo de este tipo de prótesis sea significativamente menor a las que se comercializan actualmente. Otra gran ventaja será la manufactura hecha a la medida exacta del animal gracias a la tecnología 3D.