Sótanos, casetas telefónicas, refrigeradores y bibliotecas son sólo algunas entradas de bares escondidos en la Ciudad de México.
El filtro para acceder a ellos son invitaciones de boca en boca, números telefónicos que pocos conocen y contraseñas que se cambian todo el tiempo. Son espacios a puerta cerrada, invisibles para la mayoría de la gente ubicados principalmente en colonias como Polanco, Condesa y Roma.
Este concepto está inspirado en los "speakeasy" que surgieron en Estados Unidos en 1920 durante la ley seca que regía en ese país y que propició la venta ilegal de bebidas alcohólicas. Solamente ciertas personas podían entrar con la ayuda de una clave secreta. Una vez dentro, era condición no hacer ruido ni escándalo; de ahí su nombre: speak easy, hablar bajito en inglés.
Este concepto llegó a la Ciudad de México hace más de una década. Es el caso de "Cigar Bar", cuya entrada es una caseta telefónica.
Otro speakeasy difícil de encontrar y al que pocos tienen acceso está identificado con el cuervo del célebre poema "The Raven" de Edgar Allan Poe. Su único acceso es la cocina de un restaurante de hamburguesas.
"Los clientes son responsables de invitar a nuevos amigos para que formen parte del misterio", gerente del lugar Ángel López.
El primer speakeasy encontró un espacio oculto e íntimo en Polanquito. La puerta de entrada de "Jules Basement" es un refrigerador.
A estos espacios no les interesa atraer multitudes sino conservar el toque de misterio que brinda la ubicación desconocida.
¡Denuncia en Uno!
¿Conoces o tienes fotos y videos de algún acto de posible negligencia, corrupción y abuso de autoridad? Mándalo al WhatsApp de Uno TV: 5562115131. ¡Compártelo! Nosotros le damos seguimiento.