Para Henry los 11 años que ha trabajado en la basura no lo salvan de encontrar deshechos inesperados; basura agusanada, vidrios rotos, latas y jeringas son solo algunos. Su herramienta de trabajo son sus manos que durante la jornada separan la basura sin protección alguna y cuando llega el hambre son las mismas con las que come.
Enfermedades y accidentes son una constante en el trabajo diario de aproximadamente 10 mil voluntarios que barren, recolectan, transportan y separan la basura de la ciudad.
En julio pasado la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal emitió una recomendación dirigida a las Secretarías del Medio Ambiente, Obras y Servicios, y a las 16 delegaciones de la Ciudad de México. Señala omisiones en el sistema de recolección, separación y disposición final de la basura.
Algunos de los aspectos que la CDHDF resalta son la falta de capacitación, salario y prestaciones, y equipo adecuado que proteja a los voluntarios de condiciones insalubres e inseguras.
15 autoridades capitalinas aceptaron la recomendación que incluye censar a voluntarios y pepenadores, implementar programas de capacitación y comunicarles sus derechos.
Sin embargo, las delegaciones Benito Juárez y Xochimilco no realizarán estas acciones porque no reconocen que exista algún tipo de relación laboral con los recolectores de basura voluntarios, los cuales son indispensables para mantener las calles limpias.