Ser policía: arriesgar la vida por la ciudad

Foto: Uno TV

La vialidad en la Ciudad de México es agilizada por mil 400 policías que se encargan de regular el tránsito, hacer cumplir las normas y que están autorizados para infraccionar.

Todos trabajan a la intemperie, bajo el sol, la lluvia y soportando las inclemencias del tiempo, la contaminación, el mal humor de los conductores.

Sin embargo, eso no impide que hagan su trabajo con gusto, tal y como lo describe Adriana Aguilar, quien lleva 10 años de servicio como policía de tránsito.

Para ella es un honor portar el uniforme de policía, pese a las faltas de respeto de los ciudadanos y las agresiones de algunos conductores, quienes incluso han intentado atropellarla.

Como muchas mujeres trabajadoras en el país, Adriana es madre de dos hijos. Todos los días se levanta a las 4 de la mañana para preparar los uniformes de los niños y hacerles el desayuno, una hora después sale de casa para iniciar sus actividades.

Adriana asegura que ella, como el resto de sus compañeros en la corporación, son trabajadores como cualquier otra persona a pesar de lo duro que suele ser la calle. Muchas veces son las cuatro de la tarde y no ha desayunado, pues se la pasan en los semáforos todo el día, agilizando las vialidades.

Argumenta que la ciudadanía se queja de los policías de tránsito, pero jamás se ponen a pensar que su labor es indispensable para hacer respetar el reglamento y darle movilidad a una ciudad tan compleja como la CDMX.

Conoce un día en la vida de Adriana, una policía de los 89 mil que existen en la Ciudad de México.

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