Eduardo sueña con dejarles un mundo mejor a sus hijos y considera que crear consciencia ambiental es primordial para lograrlo. "Una botella de PET puede tardar hasta 400 años en degradarse, es una eternidad para una botella que consumiste en minutos", menciona preocupado.
En un viaje que realizó por los países nórdicos conoció las "Reverse vending machine" o "Máquinas expendedoras a la inversa", que funcionan al revés que una máquina de refrescos, ya que al insertar una botella de PET o aluminio, el dispositivo regresa el impuesto por este material, que posteriormente es llevado a una planta de tratamiento.
De inmediato, pensó en traer esta tecnología a México; sin embargo, en nuestro país no existe este impuesto, por lo que Eduardo ideó otra forma de beneficiar a los usuarios y de esta manera incentivar el reciclaje.
Bio Box nació con el propósito de crear conciencia ambiental por medio de un programa de recompensas que abona puntos a un monedero electrónico para ser utilizados en supermercados, cines y, próximamente, en el metro de la Ciudad de México.
Hasta el momento existen 26 máquinas ubicadas en diferentes puntos de la ciudad, tales como Ciudad Universitaria, Parque España, Parque México, la explanada de la Delegación Cuauhtémoc y algunos centros comerciales.
Los creadores de esta start up 100 por ciento mexicana esperan concluir 2017 con 150 máquinas, incluidas las que se instalarán en las estaciones de la red del Metro.