El matrimonio de Consuelo* estuvo cargado de agresiones, infidelidades y malos tratos. Aún así, para ella era impensable vivir sin un hombre a su lado. La dependencia emocional hacia su pareja le impedía ver que su relación era violenta.
Consuelo creía que era el amor lo que la hacía sufrir, pero fue hasta que comenzaron los síntomas físicos cuando se dio cuenta de que algo no estaba bien. La ansiedad que le provocaba estar lejos de su pareja le causaba dolores de cabeza, sudoración y problemas intestinales.
Una recomendación la llevó a un grupo de autoayuda de Alcohólicos Anónimos, un espacio donde se sintió apoyada, sin embargo, ella no padecía alcoholismo, por lo que decidió crear un grupo donde otras mujeres compartieran su problema: la adicción a una persona.
Así fue como formó Adictas a un Hombre Anónimas, con el objetivo de ayudar otras mujeres a desapegarse de un ser humano a través de una terapia de reflejo, que consiste en escuchar la historia de cada una de las participantes para encontrar soluciones. Además las sesiones se basan en los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos que han sido adaptados para este problema en específico.
Al día de hoy cuentan con 11 sucursales en el Estado de México y Ciudad de México y, debido a la solicitud de varios hombres, también cuentan con dos grupos de Adictos a una Mujer Anónimos.
El objetivo no es terminar con las relaciones, sino hacer reflexionar a la persona adicta y generar un cambio interno
"De nada sirve encarcelar a un hombre golpeador, si nosotras mismas vamos a sacarlo". Consuelo
*El nombre de la fundadora fue cambiado para proteger el anonimato.