Mientras en Los Ángeles, California se celebra la entrega del Óscar, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y su esposa Melania serán los anfitriones en Washington de un baile al que están invitados los gobernadores de los 50 estados del país, tanto demócratas como republicanos.
El presidente Trump decidió hacer competencia a la gala del Óscar con el baile de los gobernadores, la primera gran fiesta que el mandatario organiza desde que llegó al poder.
De esta forma el presidente Trump tratará de evadirse de las críticas que probablemente le hagan durante la ceremonia del Óscar, ya que los artistas, tradicionalmente progresistas, no tienen una relación muy fluida con Trump, mientras que él considera a Hollywood parte de ese sector privilegiado y corrupto de Estados Unidos.
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