En un momento en que parece que la humanidad se está yendo a un precipicio por el egoísmo e individualidad, hay historias que conmueven. Como la que provocó que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, no pudiera contener las lágrimas.
Hace un año, por la presencia del Estado Islámico y la guerra entre rebeldes y el Gobierno de Siria, muchos ciudadanos tuvieron que migrar a otros países buscando salvar sus vidas.
Vanig Garabedian y su familia volaron hasta Toronto, Canadá, buscando refugio y al bajar del avión, fueron recibidos por Trudeau quien al estrecharle la mano lo primero que le escuchó decirle fue: bienvenido a casa, recordó.
El primer ministro comentó que al verlo a él y su familia caminar en el aeropuerto, a salvo, entendió todas las cosas que un país puede hacer.
Por su parte, Garabedian dijo "sentirse más orgulloso de ser canadiense" y quiere retribuir el favor retomando su profesión como ginecólogo.
Cabe destacar que muchos líderes a nivel mundial, creen que la administración de Justin Trudeau en materia de dar asilo a refugiados es ejemplar, pues en el último año a rehubicado a más de 35 mil refugiados sirios; dos veces más que Estados Unidos.
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