El expresidente estadounidense Barack Obama, quien estableció el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia, el famoso DACA con el que sacó de la clandestinidad a los niños menores de 16 años que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos, cuestionó la decisión de Donald Trump, quien este lunes echó abajo dicha iniciativa que beneficia a cerca de 800 mil dreamers o soñadores.
Obama publicó un texto en Facebook en el que expone su pesar por la decisión de Trump.
& Se trata de jóvenes que crecieron en Estados Unidos, niños que estudian en nuestras escuelas, jóvenes adultos que están empezando carreras, patriotas que se comprometen con nuestra bandera .
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Por medio de un tuit, escribió que "señalar a los esperanzados jóvenes que crecieron aquí está mal, porque no han hecho nada malo" e invitó a leer su reflexión.
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En la publicación, afirmó que los "dreamers" son americanos en sus corazones y que, incluso, no conocen otro país que Estados Unidos.
& Fueron traídos a este país por sus padres, a veces incluso como niños. Puede que no conozcan a un país aparte del nuestro. Puede que ni siquiera sepan un idioma aparte del inglés. A menudo, no tienen ni idea de que son indocumentados hasta que aplican a un trabajo, o a la universidad, o a una licencia de conducir .
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Consideró que Estados Unidos, gracias a los dreamers , es más fuerte:
"Atacar a estos jóvenes está mal, porque no han hecho nada malo. Es contraproducente porque quieren empezar nuevos negocios, el personal de nuestros laboratorios, servir en nuestro Ejército, y de otro modo contribuir al país que amamos".
Es cruel , afirmó el exmorador de la Casa Blanca:
"& Y es cruel. ¿Qué pasa si el profesor de ciencias de nuestro hijo o nuestro vecino amistoso resulta ser un 'dreamer'? ¿Dónde se supone que los vamos a enviar? ¿A un país que no conoce ni recuerda, con un idioma que ni siquiera puede hablar?".
Dijo que era una medida, más que legal, política, y que los "dreamers" no son una amenaza para la unión americana.
Vamos a ser claros: la acción tomada hoy no es necesaria legalmente. Es una decisión política, y una pregunta moral. Cualquier preocupación o queja que los estadounidenses puedan tener sobre la inmigración en general, no debería amenazar el futuro de este grupo de jóvenes que están aquí sin culpa de los suyos, que no representan ninguna amenaza, que no se llevan nada del resto de nosotros".
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