Rodrigo Duterte, de 71 años de edad, conocido como "The Punisher" (El Castigador), asumió este jueves la presidencia de Filipinas, con la difícil promesa de abatir el crimen y el tráfico de drogas en menos de seis meses.
Los primeros 100 días de la gestión del controvertido mandatario, un hombre ajeno a la clase política filipina, estarán bajo una tremenda presión para mostrar que puede hacer frente a la criminalidad y a la proliferación de las drogas.
Sin embargo, la política anticrimen de Duterte podría desencadenar la reacción de los grupos de derechos humanos, la Iglesia Católica, y la comunidad intelectual, además de estar amenazados por organizaciones del crimen organizado.
Ya tiene precio su "cabeza"
Varios grupos de delincuentes vinculados al narcotráfico en Filipinas han ofrecido una recompensa de un millón de dólares a quien se decida y cometa el asesinato del presidente Duterte.
Sus primeras medidas⬦
- Instaurar la orden de "disparar a matar" a todo delincuente que se resista a su captura.
- Restaurar la pena de muerte en el país, abolida en 2006.
- Distribuir la riqueza para frenar la pobreza.
¿Qué dijo al tomar el poder?
En su discurso, destacó los problemas de la corrupción, la delincuencia, las drogas y la erosión de la fe y la confianza en el gobierno del país.
"El cambio debe comenzar con nosotros y en nosotros. Nos hemos convertido en nuestros peores enemigos, y hay que tener el valor y la voluntad de cambiar nosotros mismos". Rodrigo Duterte
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