La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA, realizó con éxito su primera maniobra del espacio profundo (DSM-1) es decir, donde están objetos celestes que no están en el sistema solar.
El encendido del motor sitúa a la nave espacial para una asistencia de gravedad terrestre, mientras continúa su viaje de dos años al asteroide Bennu.
Se indicó que esta operación fue la primera con el uso de los motores principales de OSIRIS-REx y provocó un cambio de 431 metros por segundo en la velocidad del vehículo, utilizando 354 kilogramos de combustible.
Los datos de seguimiento de la Red del Espacio Profundo (DSN) confirmaron que este ejercicio fue exitoso; además de que el posterior enlace descendente de la telemetría de alta velocidad de la nave espacial, muestra que todos los subsistemas funcionaron como se esperaba.
DSM-1 representa el primer gran hito posterior al lanzamiento de OSIRIS-REx, por lo que el cambio significativo en la trayectoria era necesario para poner a la nave en curso para un encuentro con la Tierra en septiembre de este año.
Se informó que una maniobra menor de corrección de la trayectoria fue ejecutada la víspera, para refinar el rumbo del vuelo terrestre, durante el cual, la gravedad de la Tierra dobló la trayectoria de OSIRIS-REx y la lanzará hacia un encuentro con el asteroide Bennu en el otoño de 2018.
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