Tumbada en la cama de un hospital tras ser atropellada por un minibús escolar, Audrey Stone se marcó un objetivo: recuperarse para poder llevar de vuelta a casa al perro guía que le había salvado la vida.
Stone, tiene una visión limitada y a efectos legales es ciega. El 8 de junio ella y su golden retriever, Figo, cruzaban una calle a una cuadra de su casa en Brewster, el perro saltó para ponerse entre su ama y el autobús que al girar la calle los atropelló; después se esforzó por quedarse con ella cuando ambos resultaron heridos.
Figo necesitó cirugía, sufrió un corte importante en una de sus patas y ella tuvo fracturas en un tobillo, un codo y varias costillas, además de necesitar puntos en la cabeza; pasó meses en rehabilitación. Hoy se reúnen nuevamente; Figo llegó caminando por la banqueta del hospital para reunirse con Audrey y juntos ir a casa donde viven desde hace seis años y medio.
Ese suceso hizo que la gente enviara tarjetas, llamadas y juguetes para perros incluso desde Inglaterra.