Un hombre de 25 años, llamado Rustam Shakhrutdinov, acusado de robo cumplía su condena en una cárcel en Rusia, pero Rustam aseguraba ser inocente, por lo que decidió que no se quedaría ahí si él no había robado nada.
Fue así que decidió fugarse de su celda a través de pequeña ventana por donde se entrega el alimento a los presos.