La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, denunció este lunes que el país está "a un paso de un verdadero golpe de Estado" y dijo que si ella es juzgada también lo será la democracia, en un emotivo discurso de defensa pronunciado en el Senado a 48 horas de que el plenario vote su manutención o deposición definitiva por juicio político.
"Ante las acusaciones de este proceso no puedo no tener un gusto áspero y amargo de la injusticia y lo arbitrario. Como en el pasado, resisto. No esperen de mí el obsequioso silencio de los cobardes" Dilma Rousseff
Dijo que el juicio político contra ella es una tentativa de la "élite económica y política" de tomar el poder sin el aval de las urnas y, sin mencionarlo, se refirió a su rival en el segundo turno de las elecciones, Aécio Neves, así como al presidente en ejercicio Michel Temer.
En la parte final de su discurso pidió a los senadores que voten a favor de su mantenimiento.
A las afueras del Congreso brasileño, 350 manifestantes a favor de Rousseff protestaban y pedían la salida del presidente en ejercicio, Michel Temer, considerado por una parte de la población, del espectro político y de la propia mandataria como un "usurpador".
El juicio político a Dilma Rousseff debe terminar esta semana con una votación en la que más de dos tercios de los 81 senadores deben votar a favor de la destitución de la mandataria, lo que de suceder supondría su deposición definitiva.