Michel Temer asumió la presidencia de Brasil, en una ceremonia en el mismo Senado que este miércoles condenó a Dilma Rousseff y puso fin a los gobiernos de la izquierda. Temer de 75 años, juramentó el cargo hasta diciembre de 2018, ante los mismos senadores que por 61 votos (de 81) destituyeron a la exguerrillera.
Luego de saber la decisión del Senado, Rousseff lo calificó como un golpe de Estado y dijo que condenaron a una inocente. El Senado rechazó en una segunda votación la propuesta de que la exguerrillera, de 68 años, quedara inhabilitada para ejercer cargos públicos.
De esta forma finaliza un proceso político iniciado hace nueve meses, con la admisibilidad del "impeachment" (juicio político) en la cámara baja, que ha provocado una grave crisis política en un país ya azotado por la peor recesión registrada en décadas.
El nuevo presidente:
Temer juramentó horas antes de viajar a China para la cumbre del G20 de este fin de semana, en la que intentará "buscar recursos e inversores" para Brasil.
A su vuelta, la semana próxima, Temer anunciará una extensa agenda de contención del gasto, así como privatizaciones de sectores como los hidrocarburos o la infraestructura para aligerar el déficit público.
Su gabinete no tiene mujeres y está conformado por hombres blancos y conservadores. Pero tiene el aval de los mercados y de momento, del Congreso, que ya aprobó la revisión de la meta fiscal (170.500 millones de reales -USD 52.500 millones al cambio actual- en 2016)