El Papa encabezó este domingo el último acto de su visita apostólica a Polonia y agradeció a unos 20 mil voluntarios que garantizaron el funcionamiento de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que tuvo lugar estos días en Cracovia, Polonia.
En la Tauron Arena, en un estadio cerrado donde lleno de jóvenes, el Papa exclamó: "Yo escribí este discurso, no sé si es lindo o no. Tiene cinco páginas. ¡Un poco aburrido! Se los dejo, me dicen que yo puedo hablar y todos tienen traductor. ¿Hablo español?", dejó unas hojas al costado y comenzó a improvisar.
Cuestionó a los jóvenes si ellos querían ser "esperanza del futuro", todos respondieron que sí al unísono, y replicó que para serlo debían cumplir dos condiciones: "No, no hay que pagar la entrada", aclaró risueño, la primera condición que puso fue "tener memoria", preguntarse siempre de dónde se viene, recordar el propio pueblo, la propia familia, la propia historia. "Un joven desmemoriado no es esperanza para el futuro", advirtió.
La segunda condición que puso fue dialogar con los abuelos, pedirles consejo, ser valientes, no asustarse y dar testimonio. Antes de concluir, refiriéndose a la JMJ de 2019 exclamó:
"No sé si estaré en Panamá, pero Pedro estará en Panamá y les preguntará si tuvieron memoria, si hablaron con los abuelos y si fueron valientes".