El circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey despidió este domingo a sus elefantes de los escenarios, con el último de sus espectáculos de este tipo que durante dos siglos han divertido al público estadounidense pero que han suscitado críticas de defensores de los derechos de los animales.
"Esta noche es muy especial. Esta noche todos somos testigos de la historia, porque las leyendas vivientes más grandes de la nación salen al escenario para su última reverencia", anunció el presentador Johnathan Lee Iverson a la multitud.
La gente gritó animada cuando los seis elefantes asiáticos aparecieron para ejecutar su acto en el que bailaron, mantuvieron el equilibrio en la espalda de otros de ellos, se sentaron sobre sus patas traseras y se hicieron los dormidos.
El espectáculo en Providence comenzó con el himno nacional. Un elefante cargó en el lomo a una artista que portaba una bandera estadounidense y se mantuvo inmóvil hasta que terminó el himno.
Minutos después, seis elefantes salieron al escenario, cada uno sosteniendo la cola del que iba adelante. Después de la función, Alana Feld, vicepresidenta ejecutiva de Feld Entertainment, (compañía propietaria del circo), detalló que los animales vivirán en el Centro de Conservación de Elefantes de 81 hectáreas que Ringling tiene en Florida.
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