Este video pone en evidencia la amistad que puede existir entre animales de diferente especie.
Rudy es un perro que -entre otros trucos- puede mantener las golosinas que le ponen en la nariz durante mucho tiempo, sin embargo, esta vez no se trataba de comida, sino de un par de hámsters.
Debido a que Rudy es un can muy sociable, sus dueños intentaron crear una conexión entre él y sus dos roedores poniéndolos sobre su cabeza. Su reacción fue más de lo que esperaban, pues Rudy se quedó quieto observando los pasos de sus nuevos amigos y no sólo eso, parecía disfrutarlo.
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