Juan Martín, Rocael y Leonardo tienen 17, 16 y 15 años de edad, respectivamente. A su corta edad, se armaron para cometer un robo con violencia contra el empleado de una estación de gasolina en la colonia El Florido en Tijuana, Baja California.
Juan portaba un revólver calibre 22 con seis cartuchos útiles, mientras que sus cómplices llevaban un cuchillo cada uno. Con esas armas amagaron y sometieron al empleado para que les diera el dinero de las ventas del día.
Los adolescentes creyeron que escaparían victoriosos del atraco; sin embargo, agentes de la Policía Municipal los detuvieron y fue la víctima quien los reconoció como sus agresores.